EL GOBIERNO ENDURECE LA RECLUSIÓN DEL JOVEN VALLECANO
Movilización ciudadana a nivel internacional para reclamar la libertad del joven Alfon
"Voy a luchar por mi hijo hasta morir. Mi hijo no ha hecho nada. Mi hijo es inocente". Es el mensaje que Elena Ortega, la madre de Alfon, escribió el pasado jueves en Twitter tras pasar cuatro horas con su hijo en el primer encuentro ´vis a vis´ que se le ha permitido tras más de un mes de encarcelamiento. Acusado de graves delitos que cada vez menos gente duda que el joven vallecano no cometió. El próximo día 28, una movilización a nivel internacional exigirá su inmediata puesta en libertad.
Sí, en Vallecas también se celebra la Navidad. Aunque serán muchos los que en el madrileño barrio de mayoría social de izquierdas y clase trabajadora estén esperando, no el segundo advenimiento de Jesucristo, sino el regreso de Alfonso Fernández Ortega, el joven de 21 años que permanece encarcelado desde que el 14 de Noviembre, en las primeras horas de la mañana de la última (por el momento) Huelga General, la Policía le detuviera a escasos metros de su casa mientras paseaba a su perro antes de dirigirse a formar parte de un piquete informativo junto a su familia.
Será una noche muy dura -una más- para Elena Ortega, la madre de Alfon, para toda su familia, para sus amigos y para sus vecinos. Porque, como ya hemos contado en Diario Progresista, nadie de los que le conocen puede creerse que el único encarcelado por participar en la jornada europea de protestas del aquel 14 de Noviembre llevara encima los explosivos que la Policía asegura haber encontrado en su poder; mucho menos que pudiera tener alguna intención de hacer uso de material semejante. Tanto Alfon como su novia -en libertad y acusada de los mismos delitos-, como las personas que conocen de cerca el caso, no paran de repetir que en el momento de ser identificados alguien pasó corriendo a su lado y dejó caer una bolsa con los elementos que se les atribuyen como propios. Y que uno de los agentes le dijo, “este paquete te lo vas a comer tú”.
Puede sonar a excusa, es comprensible. Pero el hecho de que, como el propio fiscal admite, la bolsa en cuestión carezca de huellas dactilares y ninguno de los dos jóvenes llevara guantes, ya es motivo para considerar que la acusación no se sostiene lo suficiente como para que un joven de 21 años, sin antecedentes penales, con trabajo y familia estable, lleve más de un mes recluido en la cárcel de Soto del Real en el mismo régimen aplicado a los presos por terrorismo. En un sistema judicial en el que, como es lógico en un Estado de Derecho, la comisión de un delito debe ser probada, esa ausencia de huellas no sólo debilita la acusación, sino que más parece una prueba de que, efectivamente, el supuesto material explosivo no había estado previamente en poder de Alfon.
Hay antecedentes de dudosos hallazgos policiales. A Ainhoa Cortés y Gabriel Jiménez, detenidos durante la violenta acción policial del pasado 25 de Septiembre en las cercanías del Congreso de los Diputados, se les “encontró” seis piedras, tres a cada uno, en las mochilas que llevaban aquel día. Así se lo contaba Ainhoa a la periodista Olga Rodríguez en eldiario.es. “En mi caso empezaron a hacer ´inventario´ de las cosas que llevaba en mi mochila. Les dije lo que llevaba, me preguntaron si llevaba armas, yo evidentemente dije que no, y entonces entra un poli y dice: ‘Esta es la que tiene piedras’. Y entonces yo, que estaba abriendo la mochila para mostrarles qué tenía, veo tres piedras. Tiro inmediatamente la mochila en un acto reflejo y me quedo flipada. Me callé. No supe decir más. Otro detenido me contó que un poli fuera dijo: ‘Mira la vasquita lo que tenía’. El relato de Gabriel también da que pensar: “Empezaron a sacar mis pertenencias e iban apuntando lo que sacaban. ´¿Qué tienes en la mochila?´, me preguntaron. Yo les dije: un cargador, una batería que siempre llevo de repuesto, unos cascos. Entonces abro la mochila y veo tres piedras. (…) Al ver eso dije: ´Vaya tela´. Resoplé, me dio la risa pero de la angustia, y tardé un poco en reaccionar, parecía una pesadilla. Luego dije: Tres piedras que no estaban ahí antes. Pero no podía escucharles, me quedé en blanco. Entonces me pusieron un boli en la mano, me acercaron a un papel, y me dijeron: ¿Quieres firmar?, mientras tapaban la letra pequeña de la hoja. “Voy a leerlo antes”, dije. “¿Firmas o no? Aquí no estás para leer”, contestaron. Y no firmé. Menos mal”.
A pesar de carecer de antecedentes penales, Alfonso Fernández Ortega no era un desconocido para la Policía. En una ocasión, unos agentes ya le habían pedido que se identificara tras protagonizar con sus compañeros algunas de las acciones por las que los bukaneros están en el punto de mira de la Delegación del Gobierno de Madrid.
Como aquella en la que exhibieron ante las cámaras de televisión una pancarta que rezaba, con motivo de las manifestaciones de la Coordinadora25s, “1.400 policías en el Congreso y tu marido sigue fugado. Cifuentes dimisión”, en alusión a cierta citación judicial que en diversos foros se asegura que no se ha podido entregar al cónyuge de la mediática Delegada del Gobierno por encontrarse en “paradero desconocido”. El día que le pidieron la documentación a Alfonso, el joven se permitió el lujo de ejercer su derecho a hacer lo propio, y solicitar a los agentes que se acreditaran debidamente, pues no portaban el número de identificación que las leyes exigen que lleven en todo momento. Ese día, aseguran sus compañeros, quedó señalado.
Nadie sabe por qué motivo la Policía había decidido hacer identificaciones aquel 14 de Noviembre en la puerta del domicilio de Alfonso, pero todos en Vallecas conocen bien qué pasó después.
UN MES ENCARCELADO COMO PRESO ‘FIES’
Como también hemos contado en Diario Progresista, el juzgado correspondiente decretó el ingreso en prisión incondicional de Alfon, en atención a la supuesta “alarma social” que supondría su permanencia en libertad. El argumento fue tan poco consistente que el propio juzgado se vio obligado a cambiarlo por el de un supuesto “riesgo de fuga”. A nadie en este país se le escapa, por poner un ejemplo, cuántos acusados de graves delitos de corrupción política o empresarial no están en prisión al no observar los jueces riesgo de fuga, dado que cuentan con trabajo estable y arraigo social y familiar. Curiosamente las mismas condiciones que cumple Alfonso Fernández, pero que en su caso no han sido tenidas en cuenta, por lo que continúa encarcelado.
Elena Ortega, su madre, cuenta que los primeros días que pasó preso, Alfonso podía telefonearles con cierta regularidad, casi todos los días. También les escribía al menos dos veces por semana. En sus conversaciones y en sus cartas, intervenidas desde el primer momento, el joven contaba que sabía “por qué estaba allí”, en Soto del Real, y que se consideraba un cabeza de turco. A pesar de eso se mostraba animado, practicaba actividades deportivas para “liberar la tensión” y el contacto con su familia, las llamadas, las cartas y las visitas de su madre, le hacían sentirse apoyado. Había hecho buenas migas, además, con su compañero de celda y otros jóvenes presos en el módulo que se encontraba.
Sin embargo, sin que se sepa muy bien por qué motivo, se decidió cambiar su estatus dentro de la prisión y pasó a ser considerado FIES de nivel 5. A estos presos se les graba todas las llamadas telefónicas y las comunicaciones con las visitas que reciba, se les fotocopia toda la correspondencia entrante y saliente, se les observa y anota diariamente por parte de los funcionarios del módulo todas las actividades que realizan (compañeros, paseos, lecturas, destino, etc.), se les controla la comunicaciones con sus abogados, se les restringe, se les cambia continuamente de celda.
Asimismo pueden ser trasladados de centro penitenciario sin tener en cuenta la vinculación familiar a una ciudad determinada, tienen dificultad para realizar trabajos y se les aplica intencionadamente demoras para lograr permisos de salida. En caso de ser condenados no se les aplica la Libertad Condicional a las dos terceras partes de la condena como correspondería por su buen comportamiento y la ausencia de expedientes, sino a las tres cuartas partes. También se les practican continuos cacheos y registro de sus celdas. En el caso de Alfon, sorprendentemente, y sin qué tampoco se sepa atendiendo a qué criterio, le ha sido prohibido también poder disponer de los libros sobre temas políticos a cuya lectura es aficionado.
Alfonso es fuerte, comenta su madre, pero su ánimo no es el mismo todos los días. La última vez que habló con él por teléfono antes de su primer contacto vis a vis el pasado jueves -y también de su primer abrazo tras tantos días privado de libertad-, el joven se vino abajo y se echó a llorar. Elena también es fuerte. Su carácter reivindicativo y combativo contra las injusticias sociales es reconocido por todos los que la conocen. Pero ese día también estuvo a punto de venirse abajo. “Hoy he tenido la impresión de hablar con mi hijo cuando tenía diez años, y se me rompía el alma oyéndole llorar”.
Cuando el jueves por fin pudo abrazarle recuperó un poco la tranquilidad. Alfon parece haber recuperado la entereza tras un momento de bajón, pero acusa, cómo no, los días que lleva recluido, que se van haciendo más interminables.
El cambio de módulo decretado por la dirección de la prisión persigue ese objetivo, en opinión de Elena. Ha sido cambiado varias veces a lo largo de los últimos días, y eso le ha afectado, ya que, “dentro la desgracia que supone estar en prisión, al menos había logrado echarse amigos, también jóvenes”, se lamenta. “Tenía ya gente con la que se sentía un poco arropado, incluso me contaba que estaba a gusto con su compañero de celda, pero, además, ayer le volvieron a cambiar. ¿Qué condiciones de encarcelamiento son estas?”, se preguntaba en una entrevista en La Marea. Alfon está ahora en un módulo con presos mucho mayores que él y que cumplen largas penas por graves delitos.
En estos momentos, el objetivo de su abogado, Erlantz Ibarrondo, es lograr que se le levante la prisión preventiva hasta que se celebre el juicio, ya que no existe, según alega, riesgo de fuga, debido al arraigo social, laboral y familiar del que disfruta Alfon.
SOSPECHAS DE INTERVENCIÓN TELÉFONICA A LA FAMILIA
Fuera de Soto del Real sí que hay muchas personas que sienten “alarma social”. Los amigos y compañeros de Alfon que le enviaron cartas de apoyo al centro penitenciario han recibido visitas de la Policía y han sido identificados. El propio domicilio familiar del joven fue registrado por orden judicial por Policías que ocultaban sus rostros con capuchas. Lo mismo que la sede de Bukaneros. Ni en un sitio ni en otro los agentes encontraron nada que pudiera incriminatorio, realmente, ni unos ni otros saben qué pretendían encontrar.
Además, Elena Ortega, aún no ha salido de su asombro por un suceso reciente. Hace pocos días estaba prevista una reunión con Cristina Cifuentes en la Delegación del Gobierno de Madrid, a la que iba asistir con el diputado autonómico de Izquierda Unida Mauricio Valiente, y la concejala de la misma formación política en el Ayuntamiento de la capital, Milagros Hernández.
En vísperas de la reunión, Elena les comunicó telefónicamente que, debido a su estado de ánimo, prefería no acudir a la reunión, pues no sabía qué reacción podría tener cuando se encontrara frente a frente con la que considera responsable del calvario por el que está pasado su hijo. No tomaron una decisión definitiva y acordaron mantener el secreto sobre si asistiría o no a la cita. Al día siguiente, la Delegación del Gobierno llamó a Valiente y les comunicó que se cancelaba la reunión “por motivos de agenda”. Sin embargo, Cifuentes escribió en su cuenta de Twitter que si Elena no pensaba asistir, la cita no tenía sentido. La sorpresa fue mayúscula, pues nadie tenía conocimiento de las dudas de Elena sobre si asistir o no. Las únicas tres personas que sí lo sabían aseguran no haberlo comentado con nadie. ¿Cómo supo Cifuentes que la madre de Alfon podía no acudir a la cita? La sospecha de que la familia Fernández Ortega tiene intervenidos sus teléfonos estaba encima de la mesa desde que el joven fue detenido. Ahora es casi una convicción.
MOVILIZACIÓN CIUDADANA
Prácticamente desde el mismo día de detención, los actos de apoyo a Alfonso Fernández no han dejado de producirse. En su barrio de Vallecas es fácil coincidir cualquier día con concentraciones o con personas que piden firmas a favor del joven. La Delegación del Gobierno también ha sido testigo de cómo se desarrollaban actos en su puerta. Paralelamente,s ehan constuidos diversas Plataformas de Apoyo y una Madres contra la Represión, impulsada por Elena Ortega, con la que pretende unificar la defensa de todos los jóvenes detenidos, ageredidos y acusados por la Policía tras participar en actos de protesta contra las políticas del Partido Popular.
Ante todo lo que está pasando y las circunstancias que rodean el caso de Alfon, cada vez son más las voces que reclaman una solución. La idea de que se trata de un ‘preso político’ en la España democrática y europea, y de que el Gobierno utiliza al joven para “meter el miedo” a otros jóvenes reivindicativos como él de que puede ocurrirles lo mismo si participan en actos de protesta contra el Gobierno del Partido Popular, está cada vez más extendida. Así lo manifestaron en el Congreso de los Diputados y varios parlamentos autonómicos los diputados de Izquierda Unida el pasado jueves. Ese mismo día, varios diputados de la izquierda parlamentaria se sumaron a la lectura de un nuevo manifiesto por parte de la madre de Alfon. Estaban, por parte de Izquierda Plural, Cayo Lara, Gaspar Llamazares, José Luis Centella, Ascensión de las Heras, Ricardo Sixto, Joan Josep Nuet y Chesús Yuste; de Amaiur, Xabier Mikel Errekondo, Iker Urbina y Sabin de la Cuadra; de ERC, Joan Tardà y Teresa Jordà; y por Compromís, Joan Baldoví. Según explicó la madre de Alfon, el texto también estaba respaldado por el diputado del PNV Emilio Olabarria, la portavoz de Geroa Bai, Uxue Barkos, los del BNG y el parlamentario socialista, Valeriano Gómez, aunque el exministro no participó en el acto público para no salir en la foto con el diputado de Amaiur.
No son pocos en Vallecas, entre ellos muchos militantes del partido socialista, como ha podido constatar este redactor, los que lamentan que el PSOE mantenga la que consideran una “actitud tibia”. Incluso circula por Internet una petición de la plataforma Change.org para que Tomás Gómez interpele al Gobierno en la Cámara Alta, dada su condición de Senador por Madrid, pero hasta la fecha el líder de los socialistas madrileños no se ha pronunciado sobre el caso, al menos públicamente. Manuela Navarro, la vecina de Vallecas promotora de la petición, asegura que ha dirigido esta a Tomás Gómez porque Izquierda Unida de Madrid carece de representación en el Senado, y considera necesario que el caso de Alfon se instale en el debate político nacional de manos de la izquierda. Tampoco ningún miembro de la dirección federal del PSOE se ha manifestado públicamente al respecto, aunque si ha habido algunas manifestaciones en las redes sociales de algunos cargos públicos, entre ellos, el diputado donostiarra Odón Elorza.
Dentro y fuera de Vallecas, de Madrid, incluso de España, el caso sí que está teniendo cada vez más repercusión. Las pancartas, pintadas y murales alusivos empiezan a verse por toda España. El próximo día 28 está convocada una concentración estatal y europea en las puertas de las Delegaciones y Subdelegaciones del Gobierno de toda España, y en las de las embajadas españolas. En estas se hará entrega de cartas dirigidas a cada Embajador solicitando para Alfon que “se garantice su integridad física y ética, el respeto a los derechos humanos… y transmita a su gobierno nuestra petición de libertad para Alfonso y la absolución de todos los detenidos del 14N”.
En Madrid, la cita será a las 19.00 horas en la Puerta del Sol. Se pedirá la libertad de Alfonso y la retirada de los cargos contra él. O, en todo caso, la rápida celebración de un juicio justo. Si aún hay Justicia en España, todos los que conocen a Alfonso están convencidos de que sería absuelto de todos los cargos.
@PericoPan
Fuente: http://www.diarioprogresista.es/articulo.asp?idarticulo=20616
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