jueves, 3 de enero de 2013

La doble vara de medir del P.P


Estos días en toda España, diversas capitales europeas y latinoamericanas, se suceden las concentraciones para pedir la libertad de Alfonso Fernández Ortega, preso desde el pasado día 14 de Noviembre, cuyo único delito ha sido enfrentarse al régimen  “democrático”  de este país. Sí, he entrecomillado lo de democrático puesto que este gobierno salió de las urnas, cierto es, como también es cierto que Hitler se alzó al poder en unas elecciones y al igual que Hitler este gobierno está dispuesto a instaurar el fascismo en nuestro país por la vía “democrática”, con una legitimidad fácilmente cuestionable.

¿Alguien recuerda que en su programa electoral figurara tan solo una de las medidas que han ido tomando? De hecho, nos negaron hasta la saciedad todo lo que ahora hacen sin ningún rubor e incluso algunas de sus medidas actuales se corresponden a líneas rojas que supuestamente jamás iban a traspasar. La legalidad es relativa. A la vista queda que mientras existen casoso como los de los torturadores, como los 4 mossos que apalearon a un detenido, los corruptos, caso emperador, trama gürtel, el yernísimo  y un largo etcétera quedan impunes,  existen casos al lado contrario como el ya nombrado de Alfonso, el de Feli Velazquez activista de el PAH y el PCE, que fue detenida cuando iba a declarar al juzgado por el caso de los 8 de Tetuán,  imputados por intentar parar un desahucio, y el de tantos y tantos que han sido multados por el simple hecho de manifestarse o tan solo pasar por allí.

Estos casos son tan solo  la punta del iceberg de una política de intimidación de este gobierno destinada a instaurar el miedo como herramienta de control, el miedo como arma contra la oposición, política destinada a dejar claro quién manda aquí y quién puede esperar que la justicia y la ley le protejan. Basta recordar el caso de  David Reboredo, en prisión por haber trapicheado con medio gramo de heroína hace 10 años, estando actualmente totalmente rehabilitado. Este gobierno ha dado una vuelta de tuerca a todo lo imaginable, tasas judiciales, la ley es para los ricos hecha a su medida como Eurovegas esta demostrando,  recortes en la enseñanza, pensar es muy pero que muy malo amigos míos, privatización de la sanidad mientras juegan al apalabrados, ¿les habrá casado sanidad privada con fascistas?, el descrédito a todo movimiento social que no sea el de la defensa de la familia, esas manifestaciones sí que les parecían necesarias y no punibles,  las pensiones , la prestación por desempleo…, solo tienen en mente una cosa, la destrucción del estado del bienestar como sacrificio en el altar del capitalismo, en aras de ese nuevo dios llamado “los mercados”. Esta es su doble vara de medir y esta es la demostración de que el fascismo y la dictadura no es que estén cerca sino que jamás se fueron .

Alex Iñiguez Garcés
Miembro de la Agrupación Sectorial de Servicios del PCE-Aragón  

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