jueves, 4 de abril de 2013

Sobre Cristina de Borbón, el derrumbe del régimen y la toma del poder


Javier Parra

“Por lo menos han desaparecido de España 78 millones en valores que representaban las alhajas de la Corona. Han desaparecido de España por dos personas cuyos nombres están en vuestra boca, por doña María Cristina de Borbón y por doña Isabel de Borbón”. Corría el año 1869 y esta era la acusación del ministro de Hacienda Laureano Figuerola, el 1 de diciembre de aquel año en unas Cortes Constituyentes a rebosar. Siglo y medio ha pasado y otra Cristina de Borbón vuelve a estar en la picota después de que tras muchos meses esquivando la imputación, la hija del rey haya sido por fin llamada a declarar  ”sobre su intervención en la Asociación Instituto Noos de Investigación Aplicada y entidad mercantil Aizoon S.L, manejo y destino de los fondos obtenidos a través de las mismas y las que se deriven”, tal y como señala el auto del juez Castro. Un auto que no ha tardado en tener respuesta por parte de la Fiscalía que ya ha anunciado que recurriría, así como por parte del rey, que lejos de respetar la independencia judicial se mostró critico con la actitud del juez y partidario de la actuación de la Fiscalía. Al parecer, el rey ya ha puesto las barbas a remojar.

La Monarquía no solo se tambalea sino que parece que tiene el tiempo contado, y el presunto heredero Felipe Borbón debe tener un importante cabreo al comprobar que su hermana y su cuñado han estado poniendo en riesgo el caviar de sus hijos. El régimen económico y político se desmorona y con él su máximo exponente, la Corona. Y es que, tras décadas de mantener entre algodones a los Borbones, permitiendo que se forraran y vivieran a cuerpo de rey (nunca mejor dicho) a nuestra costa, parece que los medios de comunicación del régimen (es decir, todos) han decidido proceder a la voladura controlada de la Monarquía, con el visto bueno de los propietarios de esos medios de comunicación, que no son otros que los dueños de este país.
Es decir, que si hay algo que cada vez está más fuera de toda duda es que la República está cerca, más cerca de lo que muchos creen, pero como ya he señalado en algunos artículos anteriores, puede que esa República no colme las aspiraciones republicanas de libertad, igualdad y fraternidad de un pueblo cada vez más sometido. O puede que sí. Todo dependerá de la fuerza que seamos capaces de acumular hasta el momento en el que el pueblo mida sus fuerzas con un régimen que intentará mutar en lugar de derrumbarse y dejar paso a otro. Al menos confiemos en que no vuelva a hacerse una “transición” de mierda como la de 1975 y el proceso no se haga con la amenaza de los tanques y las pistolas para cuidar que el poder no cambie de manos.

El Proceso Constituyente está a la vuelta de la esquina. Cuando la Monarquía termine su caída y se deje ver el horizonte del naciente régimen, comprobaremos como comenzarán los cantos de sirena de “recuperar el espíritu de la transición”, precisamente para que nada cambie, para cambiar el envoltorio sin que cambie el contenido; para que el poder no cambie de manos, para que no pase a manos del pueblo. Y en ese momento el pueblo deberá elegir: tragar o decir NO. Tragar traerá consigo unos meses, quizá un lustro, de entusiasmo y esperanza esperando que el nuevo régimen traiga consigo más libertad, más justicia y más igualdad, y acabarán con el desencanto de comprobar de que nada ha cambiado y que siguen mandando los mismos. Decir NO es más arriesgado, pero supone ser conscientes de que nunca nadie nos ha regalado ni nos va a regalar nada, hay que conquistarlo. Decir NO es convertir todas las luchas contra los recortes y contra las injusticias que se están librando en España en una propuesta constituyente de un nuevo modelo de país en el que el poder cambie de manos. Un modelo económico y político en el que el poder sea arrebatado a quienes hoy lo acaparan y pase a manos del pueblo, por las buenas o por las malas, porque si algo está claro es que los criminales, los ladrones y los delincuentes que nos saquean no van a soltar el poder pidiéndoselo sin más.

Fuente: http://www.larepublica.es/2013/04/sobre-cristina-de-borbon-el-derrumbe-del-regimen-y-la-toma-del-poder/

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