LA GRAN EXPLOTACION OBRERA
Por naturaleza el capitalismo derivado en su versión más radical, que es el neoliberalismo se constituye en el sistema más individualista y antisocial conocido.
Hace ya unos cuantos años, antes de la entrada de España en la Unión Europea, ya éramos muchos, los que constábamos que el modelo de unión estaba fundamentado exclusivamente en el librecambio, sin atender a las particularidades sociales y económicas de cada estado miembro. Y no nos equivocábamos, porque la actualidad nos da la razón.
Los Estados, convirtiéndose en meros administradores policiales, han sido absorbidos por el capital, dejando el poder legislativo en manos de las entidades financieras multinacionales. La deuda generada por la burbuja inmobiliaria fue traspasada a los Estados.
Las presiones que ejercen las fuerzas capitalistas de Europa y E.E.U.U., oprimiendo y explotando a los ciudadanos, aparentemente argumentadas bajo una crisis especulativa y de consumo, no se constituyen sino en un nuevo modelo, donde la principal preocupación es abaratar los costes de producción, en parte provocado por el continuo encarecimiento de las fuentes de energía. La manera más fácil e inhumana es reducir gastos de mano de obra o capital humano.
Por otra parte, otro aspecto fundamental de este modelo es provocar la debilidad de la fuerza de los Estados a nivel económico y social, lo que es llamado déficit estatal, privatizando empresas de gestión estatal, bajo los principios de productividad capitalista y por ello, al mismo tiempo reduciendo las fuentes de ingresos de los Estados y en consecuencia reduciendo los presupuestos en gastos sociales.
Por ello se encarecen los impuestos a nivel individual, siendo los ciudadanos los que tenemos que costear estas privatizaciones. Pero nuestros salarios no suben en comparación con la subida de los bienes de consumo y de nuevo perdemos dinero.
Todas estas medidas de reducción de gastos estatales, obligan incluso a un retroceso social y de derechos inadmisible, pues para tal hecho se reforman leyes de carácter laboral, social y económico, consolidadas tras largos años de lucha obrera y se inculcan valores reconocidos tan importantes hasta ahora, como la igualdad, la solidaridad, la libertad y la distribución equitativa de la riqueza, principios básicos de la democracia en Europa.
Por ello el neoliberalismo nos conduce a un modelo salvaje de explotación o esclavitud, ya que la mayoría hemos asumido gastos en la compra de bienes de consumo que creíamos imprescindibles sin contar con el dinero y nos hemos endeudado casi de por vida.
O porque nuestro salario no nos permite ni tan siquiera alimentar a nuestra familia y ante el miedo a no tener ingresos y la falta de empleo, los trabajadores tragan con todo. Es más los gobiernos reforman las leyes laborales para que al empresario todavía le resulte más barata la mano de obra.
Ante este panorama no nos queda otra opción que la lucha, siendo aun más difícil sin el respaldo convincente de las organizaciones sindicales, las cuales también han sido debilitadas, pues de tal manera son dependientes del Estado.
Parece que no están desfasadas las tesis de Marx, ya que de nuevo nos encontramos en una la lucha de clases con la alienación consiguiente de los trabajadores. Por todo ello, con mi mísero salario yo:
PREFIERO LUCHAR,COMO SEA, ANTES QUE VIVIR ARRODILLADO.
Raúl Pascual
Militante Agrupación Sectorial Servicios PCE- ARAGON
No hay comentarios:
Publicar un comentario