El
propietario de Mercadona, Juan Roig, se ha enorgullecido en multitud de
ocasiones del escaso absentismo laboral que hay en su empresa frente el alto
nivel en el resto del país. “En España hay más de un millón de personas que hoy
no ha ido a trabajar pudiendo”, declaró Roig en una de sus intervenciones. Esa
cosmovisión empresarial la aplica en su compañía de una manera muy especial.
El
nuevo paradigma de Mercadona sobre las bajas por enfermedad es explicado a los
trabajadores nada más llegar a la empresa y consiste, precisamente, en negar la
baja. “Tener una enfermedad no siempre tiene que implicar coger la baja”, dice
la ficha que se les entrega. Según este método, mientras no sea perjudicial
para la salud, se puede trabajar enfermo. Y ni siquiera siempre se respeta esa
máxima.
Mercadona
posee unos métodos de presión sobre los trabajadores tremendamente efectivos
para que no cojan las bajas. En su plan de acogida a los nuevos empleados,
Mercadona especifica claramente a los trabajadores que, en caso de accidente,
enfermedad, embarazo o consulta médica, deberán notificárselo al coordinador de
la tienda para que éste a su vez les facilite el contacto del médico de
plantilla de la empresa. Esto impide que el empleado acuda a la mutua o a su
médico de cabecera y, por tanto, que haya baja. En este sentido, lo máximo que
se conceden son los llamados “días de descanso”, sin baja, y durante los cuales
el médico de plantilla llamará cada día al trabajador para que se incorpore al
trabajo. En caso de que se permita al empleado acudir a una mutua que trabaje
con Mercadona, los profesionales de estas empresas tienen instrucciones
precisas de no dar la baja a los trabajadores de Roig. Según David Fernández,
de la CNT en Mallorca, son multitud los trabajadores que han declarado que,
ante una petición de baja, han recibido contestaciones como “ya sabes lo que
hay con Mercadona” o “sabes lo que te pasará si pides la baja en el médico de
cabecera”.
Una
empleada de Zaragoza aseguró a La Marea que un médico de la mutua llegó
mostrarle la pantalla de su ordenador, en el que aparecía un aviso claro: “No
dar la baja a trabajadores de Mercadona”. Según Isabel Gutierrez, de CCOO, los
médicos de la mutua que trabajan con la empresa sólo pueden dar la baja al
empleado con el permiso del médico de Mercadona.
Peligros
graves
Esta
práctica habitual ha provocado casos gravísimos en empleados que, presionados
por la empresa, siguieron en sus puestos de trabajo con enfermedades no
diagnosticadas o diagnosticadas erróneamente. Uno de los más llamativos es el
que casi acaba con la vida de José Luis Enríquez, un empleado de Mercadona en
Málaga que, tras cuatro meses de dolores insoportables en la espalda y de ser
tratado y medicado por el médico de la empresa, tuvo que acudir a urgencias
para que le operaran de un trombo que amenazaba su vida. José Luis informó a su
coordinador de un dolor punzante en la pierna y, tras varias negativas de éste
a concederle la baja, finalmente el médico de la empresa le diagnosticó por
teléfono que sufría una ciática y le recetó un medicamento llamado Incitán.
Después
de agotar el tratamiento sin sufrir mejoría alguna y sin faltar al trabajo,
decidió ir al médico de cabecera debido a que el dolor era insoportable, no sin
antes recibir una llamada del médico de la empresa que le instaba a no cogerse
la baja médica y a acudir a una clínica privada concertada con Mercadona. Allí
volvieron a recetarle el mismo medicamento. Enríquez cada día iba a peor. Tras
varias conversaciones con el médico de empresa y su coordinador, y viendo que
el dolor no remitía sino que iba a más, el empleado acudió al hospital
provincial de Málaga, donde le operaron de dos trombosis –una en cada pierna–
que si no llegan a ser tratadas habrían acabado con su vida. Además, casi le
hacen perder la pierna izquierda. Casos como este no son excepcionales,
denuncia David Fernández, de la CNT, desde donde llevan varios expedientes de
trabajadores de Mercadona que han sufrido secuelas de por vida por seguir las
indicaciones de la empresa con respecto a las bajas por enfermedad.
Amenazas
de despido
Una
trabajadora de un supermercado de Mallorca, por ejemplo, ha quedado con el
hombro inutilizado tras ser tratada con calmantes y amenazada de despido si se
le ocurría faltar a su puesto de trabajo. Según Isabel Gutierrez, del sindicato
CCOO, este método para luchar contra el absentismo laboral se sirve además del
enfrentamiento entre los propios trabajadores. La empresa exige que para cobrar
la prima trimestral por objetivos no se exceda de un número de bajas
determinadas, y Mercadona señala ante los trabajadores de un establecimiento a
aquellos que se han cogido una baja y han evitado que el resto pudiera cobrar
la prima por objetivos prevista.
En
2010, Mercadona contaba con 63.000 trabajadores en su plantilla total, una
cifra que aumentó hasta los 74.000 que tiene en la actualidad la cadena de
supermercados. Esto supone un incremento de 11.000 empleados en cuatro años.
Sin embargo, el crecimiento se produjo al mismo tiempo que 11.754 trabajadores
causaban baja en ese mismo periodo. Este número tan elevado de bajas tiene
entre sus causas las fuertes exigencias y presiones impuestas por el método
Calidad Total.
En
este sentido, cabe destacar que la empresa suele utilizar el despido
disciplinario como método para ahorrarse la indemnización por despido. Desde
gestión, se alegan excusas falsas o de carácter muy leve que elevan a grave
amparándose en el mismo método Calidad Total. Por ejemplo, colocar mal una
botella en las estanterías, no sonreír a un cliente, dar un golpe a una puerta
o llegar cinco minutos tarde son motivos considerados por Mercadona como
constitutivos de un despido disciplinario.
Desde
el departamento de comunicación de Mercadona se justifican estas actuaciones
por el amplio número de trabajadores en plantilla y la lógica circunstancia de
que existen procedimientos de todo tipo. Para sostener estas acusaciones la
empresa suele usar la firma de dos o más empleados que, conscientes de las
represalias que supondría no colaborar como testigos del despido, firman y
apoyan la versión de la empresa. Si el empleado opta por denunciar a la
empresa, Mercadona en ocasiones actua al margen de la judicatura con el uso de
contratos privados. Estos, según David Fernández, de CNT, incluyen cláusulas de
dudosa legalidad, como las que prohíben al trabajador hablar mal o criticar a
la empresa en cualquier foro.
Ello
no sólo impide al empleado denunciar en el futuro a Mercadona: en el caso de
que el extrabajador las incumpla, se vería obligado a pagar un mínimo del
triple de lo acordado en la indemnización por el despido. Mercadona se niega a
hablar de estos contratos por su carácter privado.
Fuente: "La Marea"